Mi mente pensando nuevamente,
divagando en pensamientos
que quizás sea el momento de escucharme,
de abrirme abiertamente con mi yo interior.
Siempre pienso pero nunca me equivoco,
Siempre me hago caso
y hago caso a mi intuición y no se equivoca.
Estoy perdida tocando fondo,
me duelen cosas que quizás no sean importantes,
pero para mi lo son.
Me duele que no me dediques el tiempo suficiente,
que no existan esos detalles que anteriormente habían.
Me duele que prestemos atención a tu mundo,
dejando el mío de lado. Eso me duele mucho.
Me duele que siempre tenga que mover yo la balanza
para querer verte, para hacer por estar juntos,
y me duele que no te pongas en mi lugar,
pensando egoístamente en el tuyo.
Me duele que rechaces mis intenciones de hablar,
también me duele que por tu parte no hayan detalles,
maneras de conversar juntos, de darnos la mano
o querernos como siempre.
Me duele abandonar mi lugar, abandonarme a mi misma,
rechazarme a mi y a mi entorno para sostener el tuyo.
Me duelen tus prioridades,
me duele que no pienses en mi
como yo lo hago en ti.
Me duele tu ego,
me duele …
porque cuando más te encuentro a ti,
menos me encuentro yo.
Me duele a qué le dedicas tiempo,
restándolo de momentos bonitos,
y gastándolo en otras necesidades,
que no son las mismas que las mías.
Solo tengo claro una cosa:
yo movería cielo y tierra por ti,
por nosotros y estar juntos.
Me duelen tus faltas de atenciones…
Me parten el alma.
Hasta que no pueda más.
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